En esa edad romántica de la juventud, cuando todo es hermoso y en el corazón comienzan a hacer nido las ilusiones tempranas, a esa edad comenzó el idilio amoroso de Carmen Zayas-Bazan. Tal vez motivado por una mirada, o un gesto, o una de esas palabras abrasadoras que brotaban de los labios de Martí, ¿quién sabe…?. Lo cierto es que ella, muy enamorada de Martí, imaginaba una vida matrimonial llena de tranquilidad hogareña. Carmen Zayas-Bazan provenía de una familia adinerada, acostumbrada a una vida social muy distinta a la de Martí. En los primeros años de matrimonio se adaptó sin reservas a la volátil y restringida situación económica de su esposo, pero sin embargo, en algunas de sus cartas después de estar separados, le reprocha a Martí su indiferencia a las necesidades de su familia.
La tranquilidad y la paz hogareña que Carmen tanto anhelaba, nunca echaron raíces en su hogar. Martí, con su total entrega a la independencia de Cuba, ocupaba todo su tiempo en sus actividades revolucionarias organizando su guerra.
Cuando Carmen se separó definitivamente de Martí y embarcó rumbo a Cuba en unión de su hijo, Martí regresó a la casa de huéspedes propiedad de Carmen Miyares. Tal vez en ese refugio encontró comprensión y estímulo para realizar su destino heroico, ambos tan ausentes de su propio hogar ya deshecho.
Sin dudas, Martí fue el verdadero amor de Carmen Zayas-Bazan, pero ella nunca comprendió las dimensiones geniales de su esposo. Martí no nació para estar circunscrito a los confines de un hogar. Martí no podía vivir con barreras y limites de espacio. Él era cielo, sol, relámpago. Pertenecía al mundo, a su Cuba, a la historia. El error de Martí fue haberse atado en matrimonio, pero…¿fue Carmen Zayas-Bazan el verdadero amor de su vida?
En mi libro “Martí en los Sueños de una Niña”, puede el lector, en amenas y cortas narraciones, leer parte de la vida amorosa de José Martí.
¿Quién fue el verdadero amor de Martí?
Invito al lector a opinar sobre tan discutido tema.-